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  • Foto del escritorJöbstl Marlène

« De donde vengo, a donde voy. » Mi bio en una versión más literaria quizas.

Actualizado: hace 6 días

La redacción de su propio camino artístico es un ejercicio de articulación de las ramificaciones.

Uno no se da cuenta, hasta que lo cuenta.


Al conversar sobre el arte y la vida con mis alumnes y colaboradores me di cuenta de que no suelo escribir lo que sin embargo luego cuento en clases o charlas sobre mi historia, y que tal vez omití hasta hoy poner sobre papel indicaciones elementales de mi camino. Celebro que no es la última vez que redacto las ramas de mi vida en esta ruta. Gracias por su interés.


Hasta hoy, mirando atrás es lo que hay.

He trabajado con más de 40 maestros japoneses de butō, más los increíbles grandes pedagogos de teatro que me han formado.

He rodeado el mundo desde su inicio hasta volver al inicio.

De pequeña quería ser hombre, de pequeña quería tener piel negra, de pequeña quería ser … y soy artista.


Ramificaciones.

Nacida en París, he crecido en Viena con doble cultura, dos idiomas, dos puntos de vista sobre el mundo. Aprendí pronto que no hay una sola verdad sobre el mundo, sino que cada cultura tiene otra versión sobre los misterios de la vida, otros modos de comer, dormir, amar. Es mi riqueza principal, soy políglota. Sobre todo al hablar, no me dejo encerrar en un solo idioma, mezclo y uso lo más elocuente y se abre el horizonte mental de los oyentes. No es lo mismo oír «  mantiene, sostiene  » que «  keep  ». Soy naturalmente extranjera enraizada.


En mi atormentada adolescencia , me junté a otros jóvenes con los mismos anhelos, éramos y somos, la primera generación del movimiento hip hop en Viena. Era escandaloso pertenecer al mundo hip hop en los 80. Los adultos nos insultaban, no es música decían por el escratching y el beatboxing, no es canto porque los raperos hablan, no es arte porque usan palabras vulgares, sólo es ruido en el espacio público por nuestros ghetto blasters, son criminales y vándalos por dibujar grafitis de colores en muros grises y abandonados, no es danza porque a menudo nos quedábamos quietos en medio del dancefloor, en una pose cool mientras sonaban los beats. El movimiento hip hop era el margen, lo underground, la voz de los excluidos, la danza de la libertad.


En los 90, de joven adulta, contra viento y marea y frente a un horizonte de mundo en crisis, decidí hacer del teatro mi camino de vida. Tuve experiencia en el teatro universitario y luego me contrataron para la dirección de tres actores que nadie quería dirigir. Lo logré y fue un éxito.

Me liberé del atado financiero de mi familia yendo a trabajar de niñera a Londres, donde me formé en Tai Chi, en Story Telling, la narración oral, en el Clown. Es en el clown que me hablaron de una escuela de teatro alternativa en París, l’École Internationale de Theâtre Jacques Lecoq. Sólo aceptaban gente con experiencia profesional. Me sentí insegura, decidí llamar por teléfono. Gracias al azar lo cogió Thomas Prattki, profesor en la escuela, con su voz grave y tierna. Le conté mi trayectoria y me dijo: ésta escuela es para ti.

Fue duro, era la más joven de la clase, tenía 23 años, era el año 1998.

Fue un proceso intensivo a todos los niveles, durante las mañanas clase, a las tardes trabajo, por las noches ensayos.

Al final me enamoré de un alumno de mi clase y fuimos a Valencia para crear nuestra compañía de teatro.

Volví a Londres para estudiar un año con Philippe Gaulier, otro tesoro de maestro, el contrapunto de Lecoq, muy necesario para adquirir una libertad escénica.

Luego otro año en París , para estudiar la dramaturgia, en el cuadro pedagógico de la escuela Lecoq.


Es entonces que escribí mi primer monólogo y me pusé en escena yo misma, por primera vez trabajé sola y sólo para mí.

LIMIT se llama esta primera creación. Era el año 2002. Es una pieza sencilla de doce minutos, con ruido de radio, una ventana con cortinas y una vela. En el proceso de creación llamé a amigos no-artistas para venir a verlo como ojo exterior. Cada uno de ellos me dijo lo mismo: Es teatro o danza ?

¿QUÉ ?

Estudié teatro! No entiendo.


Y ... una noche de verano, en una fiesta de artistas parisinos, contando mi crisis a un extranjero, ésta sombra de pie en la noche del patio me dice: Conoces butō?


Butō me vinó como respuesta a mi búsqueda de identidad artística.

No soy ni teatrera ni bailarina, soy artista y mi hogar es butō.


La identidad es un cajón, es una etiqueta, una bandera, una cultura, una filosofía con valores y luchas.


Butō me ofrece el único cajón en donde encajo. Butō es un cajón sin paredes, porque butō es un movimiento y no es un estilo fijo, porque butō incluye y no excluye, porque butō es un espacio de libertad para todos aquellos que no encajan, para que podamos investigar nuestra verdad específica y compartirla.


Mi educación es old school, de la vieja escuela, de otra generación, tanto en mi familia y tanto con mis profesores de teatro como de butō.

Cada moneda recibida se merece por algún trabajo.

No se pregunta nada en clase, disciplina severa, nivel de exigencia alto, competición, jerarquía, responsabilidad, autosostenerse, higiene, limpieza, servicio, gratitud.


Desde hace 21 años trabajo con Yumiko Yoshioka , primero de participante en sus talleres largos de verano, rápidamente de asistente, luego de chef asistente, más tarde de organizadora, traductora y finalmente entretejimos una profunda amistad. Hoy hemos colaborado en la escritura de su libro sobre su método de movimientos orgánicos, ampliamos cada día el abanico de nuestras conjunciones artísticas.


Desde hace 20 años trabajo con Atsushi Takenouchi y Hiroko Komiya. Antes vivíamos en París. Me hice especialista en la traducción de sus talleres, luego he formado a más personas para este trabajo peculiar. Ahora Atsushi y Hiroko viven en Italia, yo aquí en Barcelona, nos juntamos una vez al año. En la actualidad tenemos una gran amistad que crece con cada nueva aventura.


Desde hace 18 años trabajo con Daisuke Yoshimoto, el primero y el único que me enseñó la libertad. Apenas habían pasado 24 horas desde que nos conocimos cuando me invitó a danzar con él en el preludio de su « Eros y Thanatos », era en el New York Butoh Festival en 2005. También me incluyó como bailarina en Tokyo 2006 y 2007 durante sus bolos. Me fui de gira con él a Roma, Budapest, Viena, Paris, Wroclaw, Barcelona, Sevilla, donde me invitaba siempre a ser co-profesora con él durante los talleres que impartía. Es él quien me empujó un día en Roma: Now you have to start teaching alone!

Hoy tiene 80 años, sigue bailando y dando clases en Tokyo. Hemos creado fuertes vínculos muy especiales, somos tiernos amigos para siempre.


Otra referencia importante en mi vida es Yoshito Ohno, el más sabio pedagogo de butō que existió. Sus conocimientos, su sensibilidad, su intuición, su presencia, su voz , todo era increíblemente rico. Estudié con él en Tokyo durante mi estancia de 7 meses en 2006/2007.

Me doy cuenta que para mí no murió, su enseñanza es inagotable y su presencia en esta tierra todavía arde.


El arte escénico es mi vida. Le dedico todo mi ser, tanto en la pedagogía que en las charlas, performances y direcciones.


I am the keeper.


Cuidar al público, cuidar al participante, cuidar al bailarín, cuidar lo vulnerable y darle fuerza, darle esperanza, darle fe en su propia verdad, en su peculiar belleza y darle poder para compartirse con humildad y dignidad.


Butō es para todes, pero todes no llegan a butō.

¿ Porqué no llegan?

Porque butō tiene mala fama.

Porqué ?

Porque butō da miedo.

Porqué ?

Porque butō no tiene códigos establecidos, porque propone un espacio de libertad, de inclusión, porque butō invita a mirarse de verdad, mirarse a oscuras, considera la belleza de lo feo, valora lo auténtico, porque cada uno tiene su propio butō, porque eres tú frente a tí misma, no se permite escapar del ser, no vale hacer sin ser.


Cuidar el buen butō, el buen arte, la gran vida para permitir cuidar un gran final.

Butō es libertad, tal y como son los humanos malentienden, porque no saben, porque nadie se les ha compartido, permitido, enseñado liberarse y ser libres. Por éste malentender y sus pocas herramientas se pierden y caminan caminos destructivos, de mentiras.

Yo si protego butō, protejo el cajoncito mi hogar, defiendo un arte responsable y libre.


Butō no inventa nada nuevo, sino recuerda los fundamentos de la vida: un cuerpo de pie entre tierra y cielo, en busquedad desesperada de vida.


Bu


El artista butō es un humano que resiste contra la muerte, caminando el misterio de la vida, abrazando el miedo.


¡ Bueno… y por supuesto también más cositas !


Arigatō, sumimasen.

Marlène Jöbstl


Barcelona, 31 enero 2023.




Mis grandes profesores, los que me acompañan en caminar el arte:


Londres, clown : Gerry Flanagan


Paris, teatro: Daniel Ivernel ƚ

Paris, teatro: Thomas Prattki

Paris, teatro: Jacques Lecoq ƚ

Paris, teatro: Norman Taylor

Paris, acrobacia: Christophe Marchand


Londres, teatro: Philippe Gaulier

Londres, máscaras: Marcello Magni ƚ


Berlin, New York, Tokyo, Paris, Barcelona, butō: Yumiko Yoshioka

Paris, Barcelona, butō: Atsushi Takenouchi

Tokyo, butō: Yoshito Ohno ƚ

New York, Tokyo, Paris, Roma, Wroclaw, Budapest, Viena, Barcelona y Sevilla, butō: Daisuke Yoshimoto




Photo: Marlène 4 years old and Marlène 44 years old.

Fotógrafos: Dieter Jöbstl, mi papa. Y Betty, una artista increible.



Un poquito, una miqueta de recuerdos atraverzando épocas de mi carrera desde 1998, fotos que marcan momentos fuertes en mi vida artística.

Con Yumiko Yoshioka, Daisuke Yoshimoto, liderando, creando, danzando, dando conferencia, dirigiendo, en París, Viena, New York, Tokyo, Berlín, Budapest, Agueda, Barcelona.







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