Mi poeta favorito con Jacques Prévert es Rainer Maria Rilke. Nómada, políglota, muuy sensible, visionario y un ser libre, escribe en su libro titulado "Coronado de Sueño" ( Traumgekrönt ) publicado en 1896, este poema traducido por mi humilde persona:
Danzar,
¿ Es llenar un vacío ?
¿ Es callar un grito ?
Es la vida
De nuestros astros rápidos
Tomada al ralentí.
Su visión poética del baile resuena profundamente con la mía. Intentando responder a la pregunta de porqué bailo suena este poema en mi corazón.
Ralentizar ... invitar a contemplar, invitar a ser, en oposición a la presión sistémica de tener que hacer, siempre activo, tener que producir, consumir, producir, consumir, tener que valorar la vida con lo material …? No. La vida tiene hambre de más que objetos perecederos. La vida tiene hambre de infinito, de divino, de magia, de sueño, de abrir sus alas y de volar con las estrellas, de jugar con las nubes y de maravillarse de la nieve. La vida quiere tocar la eternidad en lo efímero.
Lo sutíl es profundo, el presente es un regalo, la vida un misterio. La existencia se situa mucho más allá de lo que nos explican.
Vuelvo a lo ingenuo, a lo intuitivo, a lo mágico. Vuelvo a lo indecible porque las palabras son una representación mediocre de la realidad, porque la comunicación entre seres es mucho mas que hablar…volver a la palabra como símbolo en un contexto específico. Dicho esto, me fascinan los idiomas con sus limitaciones, sus secretos escondidos palpables y sus contradicciones.
¿ Porqué bailo ?
Es mi misión en esta vida, es mi oficio, es mi maestría.
Bailo por algo más allá de mí, sirvo algo más allá del tiempo, manifiesto el misterioso y abismático transgresor, invito a viajar juntes en lo que nos une, a celebrar la fascinación del alma poderosa ...
Bailo para romper las cárceles doradas. Bailo para devolver la esperanza en una vida libre y responsable. Algo así.
El camino artístico es difícil, ya seas un artista reconocido mundialmente o un artista luchando en el underground, same same .
Y el camino artístico es el único camino para artistas, no hay remedio, no hay otra.
No es por fama, no es por dinero.
Es porque surge, emerge como sangre de una herida, sale como lágrimas saladas de ojos estrellados, explota como sonrisas de corazones aprietados, es porque innegablemente es.
Cuando bailo me voy de viaje con mi cuerpo. Hacemos un cita, a las 20h30 en tal lugar, con tales condiciones de viaje: con tales vehículos, con tales montes a subir, ríos a cruzar, con tal árbol para descansar en su sombra... Cuando se acerca la hora, me conecto con todo lo que puedo, me asiento en la profundidad oscura de mi propio misterio. Tengo una cita con mi cuerpo, nos damos las manos y .... empieza el viaje. La luz se hace, poc a poc los sonidos invaden el teatro, aliento y sudor, mis pies tocan la tierra, aquí y ahora, mi corazón vuela en el cielo, más allá; juntes embarcamos en el velero pirata atravesando galaxias desconocidas ...
En el velero soy el capitán, el público es el viajero. Y primero hay que hacerle subir al velero, darle ganas de venir. Luego, cuando está a bordo, es un viaje extraordinario.
Me gusta hablar después del show, me gusta oír las impresiones del público. Cada vez me fascina y sorprende que hemos viajado juntes. No se puede explicar, aún así me gusta intercambiar después. Me hace aterrizar en lo real de mi danza inmaterial.
¿ Porqué bailo ?
Porque es el regalo especial que puedo ofrecer.
Arigatō domo sumimasen. Thankyou and sorry.
Marlène Jöbstl